viernes, 30 de octubre de 2015

La que intenta ser feliz

Tiene los ojos hinchados de tanto llorar. No siente ya nada. No le quedan lágrimas por derramar. Sus ojos no muestran esa alegría natural que tiene, solo tristeza y desolación. Esos ojos verdes que a más de uno ha enamorado. En ellos solo hay vacío. Un vacío que tal vez una vez alguien llenó pero que en estos momentos se sienten desolados. Ha llorado y se le nota en la cara. Esa cara feliz que tantas alegrías ha reflejado. Pero ahora solo expresa tristeza. Está cansada de mentiras. Cansada del mundo en general. Intenta ser feliz pero no lo consigue. Demasiados obstáculos están apareciendo en su camino. Su cara lo expresa todo. Sus ojos, lo expresan aún más. Esos ojos verdes parecen apagados, sin ganas de seguir. Daño. Cada vez siente más daño. Y ella intenta solucionar las cosas, pero no lo consigue. Piensa que el mundo está en contra de ella. Y, tal vez, sea así. Está cansada. Cansada de luchar por cosas que cada vez tienen menos sentido. Solo quiere ser feliz. Quiere y lo necesita, cada vez más. No quiere llorar más. Pero sigue y sigue porque no hay remedio. Lo intenta cada vez más. Ella intenta ser feliz. Pero no lo consigue. Y espero que algún día lo consiga.

sábado, 24 de octubre de 2015

Extraño dolor

Últimamente no me reconozco. Existo y dejo de existir a cada instante. Me da por pensar en todo, en la vida y el universo, en lo pequeño que somos. En si de verdad existe el amor, aquella alma gemela. En si la vida es efímera o es un castigo que sufrir. Lo peor es que no llego a ninguna respuesta clara pues todo sigue dando vueltas a mi alrededor. Ni la cerveza cura ni las heridas cicatrizan. Ni siquiera la música empatiza conmigo. Y es todo tan extraño porque por mucho que hables, el dolor sigue aumentando. Te dicen que el tiempo lo cura todo pero seamos sinceros: el tiempo no cura nada. Como mucho te destroza aún más si no aprendes a recomponerte. Al dolor no lo borra nada. Tal vez sí alguien, quién sabe. Qué extraño me siento... Y es aún más extraño escribirlo pues incluso no consigo sacar las palabras para saber lo que pasa por mi cabeza. No existe manera de explicarlo. Le sumo al dolor la rabia de no saber ni cómo arrancarme esto de dentro de mí. Pues dentro de mí solo hay un hueco que crece por momentos pero que espera ser cerrado. Y te reirás de mí por escribir esto, pensarás que solo exagero. Puede que sí, puede que no esté siendo realista conmigo mismo, que no me escuche ni un momento. Pero es que pienso demasiado y me vuelvo loco de tanto pensar. Tanta locura terminará por castigarme. Tengo una marea dentro de mi cabeza, un terremoto de pensamientos. Y yo solo buscaba una solución a los sentimientos, al dolor.

Pero mira tú que casualidad: este extraño dolor va disminuyendo con cada palabra que escribo.
Ahora solo queda el acto final.