Subió al bus pensando en todo y en nada a la vez. Eligió rápidamente su sitio, en el que poder estar cómodo y que nadie le molestara. No le apetecía compartir ni unas miseras palabras con nadie pues lo único que necesitaba era meterse en su propia cabeza, dejar de pensar y poder relajarse. El día no había sido precisamente fácil, lleno de discusiones sin sentido, de despedidas formales o emotivas y de un sentimiento de tristeza que le apoderaba cada vez más. Decidía marcharse y sabía que no iba a dar vuelta atrás pues esta ciudad no estaba hecha para él. El bullicio, la soledad entre tanta gente, las largas esperas y el no poder sentirse libre. Pensaba que podía ser libre en una ciudad de tal envergadura como esta pero había sido todo lo contrario pues se sentía preso de esa ciudad y preso de una vida que no le pertenecía, que no era lo que él buscaba. La soledad le abrumaba y sentirse solo es la peor de las sensaciones. Así que decidió cambiarlo todo y subirse a ese bus que podía cambiar el resto.
sábado, 7 de noviembre de 2015
domingo, 1 de noviembre de 2015
Domingo musical II
Este fin de semana ha sido uno de esos fines de semana que me gustaría recordar por mucho tiempo y todo gracias a la música y no por Halloween. He tenido la suerte de poder asistir a dos conciertos increíbles, de los que disfrutas muchísimo, de los que provocan las mejores sensaciones. El primero de la mano de Zahara y el segundo por parte de Vetusta Morla.
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