pensando solamente en puro placer
sin tener en cuenta el dolor causado
sin saber si dejarías marca otra vez.
Y al igual que las horas pasan
tú lo hiciste sobre mi piel.
Dame un poco más de tu tiempo,
vuelve a clavarte en mi sien.
Vuelve, vuelve como las olas
que arrojan nuestros corazones
al inframundo de los sentimientos.
Vuelve pero después márchate.
En verdad ya no te quiero
y no sé si lo volveré a hacer,
por eso te pido que te marches
aunque solo sea por mi bien.
En una misma noche
nuestro reencuentro
se convirtió en despedida.
Fin de la noche, adiós corazón.
Fue un placer volverte a tener
entre la almohada y el colchón.