sábado, 7 de noviembre de 2015

Pasado y futuro

Subió al bus pensando en todo y en nada a la vez. Eligió rápidamente su sitio, en el que poder estar cómodo y que nadie le molestara. No le apetecía compartir ni unas miseras palabras con nadie pues lo único que necesitaba era meterse en su propia cabeza, dejar de pensar y poder relajarse. El día no había sido precisamente fácil, lleno de discusiones sin sentido, de despedidas formales o emotivas y de un sentimiento de tristeza que le apoderaba cada vez más. Decidía marcharse y sabía que no iba a dar vuelta atrás pues esta ciudad no estaba hecha para él. El bullicio, la soledad entre tanta gente, las largas esperas y el no poder sentirse libre. Pensaba que podía ser libre en una ciudad de tal envergadura como esta pero había sido todo lo contrario pues se sentía preso de esa ciudad y preso de una vida que no le pertenecía, que no era lo que él buscaba. La soledad le abrumaba y sentirse solo es la peor de las sensaciones. Así que decidió cambiarlo todo y subirse a ese bus que podía cambiar el resto.

Una vez subidos todos los pasajeros, el bus arrancó con puntualidad. Entonces empezó a reflexionar si estaba en lo correcto, si la decisión que había tomado era la correcta. Y es que hay decisiones que te marcan, que te hacen cambiar, que te transforman hasta límites insospechados. Y para él los cambios eran buenos. Significaban novedad, renovarse, diferentes alteraciones y variaciones. Los cambios le venían bien de vez en cuando porque así se sentía como era él en realidad. Nadie comprendía la felicidad que le transmitían los cambios, el salir de su zona de confort. Pobre incomprendido de la sociedad... Decidió entonces escuchar un poco de música y calmarse. Demasiadas sensaciones en una rápida mañana. Las notas empezaron a sonar y él empezó a volar e imaginar. La piel erizada a más no poder y las lágrimas a punto de salir. Porque le gustaban los cambios pero no terminar una etapa y empezar otra nueva. Dejar el pasado era difícil aunque hubiera sido duro pero que llegue un nuevo futuro aún lo era más. Dejó caer unas cuantas lágrimas para poder estar más tranquilo y finalmente se quedó durmiendo escuchando aquella melodía que tanto le gustaba...

Cuando despertó, se dio cuenta que el bus llegaba a su destino. Empezó a ponerse nervioso por lo que podía pasar, por empezar de cero. Respiró hondo. Sabía que iba a ser feliz aquí. El bus paró en la estación y no tardó en bajar. Bajaba con una sonrisa en la cara a pesar de las lágrimas de hace un rato. Dejaba el pasado y venía a por el futuro. Su futuro.

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