miércoles, 15 de julio de 2015

Las palabras se las lleva el viento

Es gracioso cómo prometemos cosas que finalmente no cumplimos. Es gracioso cómo hablamos más de la cuenta, cómo solemos decir a alguien que haremos tal cosa y finalmente no lo hacemos. Y aún más gracioso es que te hagan una promesa que te hace especial ilusión y no la cumplan. En realidad no me tendría que parecer tan gracioso pero es reírme o llorar, y lo primero se me da mejor que lo segundo.
Yo soy la típica persona que cumple aquella frase de "Si no lo veo, no lo creo". En eso podría basarse mi día a día. Prefiero no creerme nada y primero que me lo demuestren, que me enseñen que eso es verdad. Cada semana me encuentro siempre con alguna promesa que me hacen y que después resulta no cumplirse. Y al final terminas hasta los cojones, siendo muy claro. No siempre esas promesas son incumplidas pero hay algunas que te joden hasta límites insospechados. No me creo promesas falsas ni promesas que sé que no terminarán como tendrían que haber terminado, por lo que antes de ilusionarme por algo prefiero esperar al final de los acontecimientos. Lógicamente, y aunque resulte un poco paradójico, yo soy el primero que promete y deja de prometer pero intento siempre basarme en la realidad en la que vivo. No me puedo prometer volar cuando sé que es imposible, por eso siempre intento ajustarme a mis posibilidades. No suelto palabras al azar que pueden después herir a alguna persona. No me gusta que me lo hagan a mí, así que no voy a hacértelo a ti. Por eso es mejor medir tus palabras antes de arrepentirte. Tal vez la promesa sea pequeña pero no sabes lo que le puede afectar a la otra persona. Por promesas incumplidas me he llevado más de un quebradero de cabeza que al final no tiene ningún sentido y que me podría haber ahorrado tontamente.

Hazte un favor y no prometas nada que no puedas cumplir. Hazte un favor y no juegues así con la gente. Hazme un favor y deja de joderme con tus palabras.

domingo, 12 de julio de 2015

Domingo musical I

¡Empezamos con los domingos musicales! Quería dedicar un día para hablar sobre música y creo que el domingo es el día perfecto para ello. Este tipo de entradas se basarán básicamente en escribir sobre algún cantante o grupo o simplemente recomendaros alguna canción, videoclip o lo que sea. Y sin más dilación ni explicación, empezamos a hablar del cantante de hoy.

La verdad es que cuando pensé en escribir este tipo de entradas, no sabía con qué artista empezar ya que la lista de cantantes de la que os puedo hablar es bastante larga. Pero la ocasión requiere que hoy hable de un cantautor que últimamente me tiene bastante enganchado y que tuve la ocasión de ver por segunda vez ayer en directo (y conocer también por segunda vez, esta vez con disco firmado incluido). Seguro que más de uno lo conoce: se trata de Andrés Suárez.

viernes, 10 de julio de 2015

Historia de dos polos opuestos

Ella quería que le bajaran la luna. Él, llegar al sol. Ella prefería la noche, inmensa con sus estrellas. Él, el día y un cielo despejado. Ella deseaba fundirse junto al anochecer. Él, aparecer junto al amanecer. Ella buscaba como loca la aurora boreal. Él, se sumergía en las perseidas. Ella buscaba sus propias melodías. Él, escucharlas de ella. Ella era acción. Él, la calma. Ella era dinamita para él. Él, la paz de ella. Ella era el mar y él, la tierra. Ella era un tsunami de emociones y él un terremoto de sensaciones. Ella era el norte y él, el sur. Ellos eran dos polos opuestos, dos polos opuestos que se diferenciaban en todo. Pero como todo polo opuesto, terminaron uniéndose sin saber en verdad que tenían más en común de lo que creían.


jueves, 9 de julio de 2015

Acordes naturales

Tu voz,
melodía para mis oídos,
éxtasis para los sentidos.

Conmocionas mis palabras
con unas simples sílabas,
con el sonido de tu boca.

Tu voz,
la que escucho cada mañana en mi mente,
la que me hace despertar de mis sueños.

Déjame escuchar tu voz
para siempre,
cada día y noche.

Quiero ser tu acompañante
en cada aventura
y que mi voz
suene junto a la tuya.

miércoles, 8 de julio de 2015

A mis felices diecinueve

Estoy haciendo las cosas bien. O eso creo. Podría considerar que soy "feliz", si es que la felicidad de verdad existe. Tengo la sensación de que todo va sobre ruedas, que nada puede ir mal. Todos estos años he intentado ser fiel a mí mismo y lo he conseguido, con mis más y mis menos. Podría decir que la vida me sonríe, que lo que me rodea es justo lo que quiero. Sí, creo que la felicidad está al alcance de mis manos desde hace ya un tiempo. No puedo poner quejas sobre mi vida: está claro que no es perfecta, ni eso pretendo, pero por lo menos soy feliz y aprecio lo que tengo. Y lo que dejo de tener... Pues lucho por ello.

He intentando siempre hacer las cosas "bien", o por lo menos lo que yo entiendo que debe significar esa palabra. O más bien siempre he intentado hacer lo correcto, que a veces también implica no salirse de la norma, seguir lo establecido. Pero creo que es el momento de dar un paso más, de intentar, de equivocarme y aprender de ello. Quiero tomar nuevos caminos, dar pasos que nunca habría dado, seguir adelante pase lo que pase. Y es verdad que a lo largo de estos años ya me he salido de ese camino correcto  en ciertos aspectos pero creo que es el momento de intentarlo todo. No tengo nada que perder y lo tengo todo por ganar. Y aunque rebelarse de ciertas actitudes y aptitudes es difícil, estoy en el mejor momento para hacerlo y estoy más que mentalizado. Así que a mis felices diecinueve toca trastocarlos para convertirlos en algo diferente.